Esto está que se sale. ¡No han transcurrido ni siquiera 8 años desde las primeras liberaciones en Boumort-Alinyà y ya está llamando a la puerta de la colonia pirenaica la segunda generación de buitres negros!
Y de qué manera.
Os lo vamos a contar paso a paso.
Los buitres negros son seres discretos que procuran pasar desapercibidos en sus zonas de nidificación, a pesar de su gran tamaño. Todo apuntaba a que en 2015 ya estaba el pescado vendido y, con 9 parejas incubando, no quedaba ninguna opción de encontrar otra más.
¡Pero estábamos equivocados! La perseverancia de Gerard Plana ha permitido localizar, esta misma semana, el nido de una décima pareja reproductora…¡¡con un pollo de casi un mes!!
Lo increíble es que dicha pareja está compuesta por sendos individuos de 4º año calendario, es decir, todavía no adultos.
Y lo más relevante es que el pollo, hijo de Coma y Quasimodo, pertenece ya a la segunda generación de buitres negros, gracias al proyecto de reintroducción en marcha.
Recordemos que Coma nació en Pirineos en 2012, hija de Perla y Portell. Emparejándose a principios de 2014 con Quasimodo, nacido asimismo en 2012 pero en Grands Causses (Macizo Central francés).
¿A qué se debe semejante precocidad reproductora, teniendo en cuanta que Gala, hija también de Perla y Portell y que inauguró la primera generación en 2010, ni siquiera se ha emparejado aún? Muy probablemente al constante esfuerzo que venimos desarrollando los últimos 3 años, para ofrecer una alimentación de calidad a los buitres negros de la colonia.
En este sentido, los aportes específicos que realizan GREFA y TRENCA ante el jaulón de aclimatación de Boumort y el PAS de Siall, junto a los que efectúan la Fundación Catalunya-La Pedrera en Alinyà y Jordi Canut en Buseu, han supuesto un clarísimo punto de inflexión en la dinámica demográfica de este núcleo reproductor, cuya importancia para la comunicación entre las colonias ibéricas y francesas se ve reforzada año tras año.
El último hito que le queda por alcanzar a este proyecto de reintroducción es completar la cifra de 50 individuos fijados en Pirineos.
¿Se logrará en 2015? Esperemos que sí.