lImagen de fototrampeo de un espléndido ejemplar de lobo ibérico.Imagen de fototrampeo de un espléndido ejemplar de lobo ibérico.Cardoso de la Sierra, Sigüenza y Cantalojas fueron las localidades de Guadalajara donde se han reunido más de 150 ganaderos, agentes medioambientales, veterinarios, ONGs y demás interesados en abordar los problemas y soluciones que envuelven al binomio lobo-ganadería. La ocasión la han brindado los tres talleres participativos para dar a conocer técnicas que pueden facilitar la coexistencia entre el cánido salvaje y los ganaderos en esa provincia, convocados del 13 al 15 del pasado diciembre por WWF y la Junta de Castilla-La Mancha. GREFA estuvo presente en este interesante encuentro, que busca resaltar que la convivencia entre lobos y ganaderos es un hecho posible con la voluntad de los sectores implicados.

La presencia del lobo desata pasiones y desprecios a partes iguales, ya lo sabemos de sobra. Hay personas que tienden a asociar la existencia de la especie al declive generalizado de la ganadería extensiva, ese medio ancestral de subsistencia que mantiene el sustento de enriquecimiento ecosistémico para la biodiversidad en cada uno de los estratos de la cadena trófica. Si desaparece, pocos proyectos de conservación tendrán la capacidad de contribuir firmemente al mantenimiento de la biodiversidad de los ecosistemas terrestres. ¿Pero no es igual de evidente que en aquellas zonas donde el lobo se encuentra extinto desde hace décadas también se ha visto igualmente mermada la cabaña ganadera en extensivo?

Tal y como se puso de manifiesto en los talleres en los que participamos, existe otra serie de realidades que nos aportan una visión más esclarecedora de lo que podría explicar tal "extinción masiva" de ganaderos: la falta de renovación generacional, el sacrificio que conlleva el cuidado del ganado ovino y caprino, la mayor presión de turistas urbanitas que no respetan el trabajo de los perros que guardan el ganado, una administración que no logra percibir los cauces y poner los medios en la resolución de este conflicto y, en definitiva, una Política Agraria Común que cada vez dista más de suponer una garantía para el mantenimiento de los medios agroforestales y las especies que los habitan, entre ellas, el lobo y el ganadero.

Si algo queda claro es que acompañar al ganado y un número adecuado de mastines, con buena genética y correctamente improntados, son la mayor garantía frente a los ataques de lobo. Para muestra, Juan Arenas, presidente de la Asociación de Ganaderos de la Sierra Norte de Guadalajara, quien acompaña cada día a su ganado y es propietario de 21 mastines, el cual ha sufrido tan solo dos ataques en quince años.

Además de este ganadero ejemplar, el encuentro contó con la participación de Luis Suárez, responsable de especies de WWF, Juan Carlos Blanco, biólogo y experto en lobo ibérico, Erundino M. Alonso, jefe de Sección del Servicio de Política Forestal y Espacios Naturales de Guadalajara, Isidoro Carbonell, ingeniero agrícola experto en prevención de daños de lobo al ganado (que comentó los aspectos teóricos de construcción o arreglo de apriscos fijos y empleo de pastor eléctrico más vallado portátil), y Rubén Valín, ganadero y representante de la Asociación de Conservación del Mastín Español de Trabajo, entre otros.