Once,ratonera valiente“Once” se recupera en el Hospital de Fauna de las graves lesiones sufridas por disparo . Superada la fase quirúrgica,  su único recurso es la Fisioterapia y sus inmensas ganas de vivir.

  • Once perdigones.
  • Once impactos mortales.
  • “Once” salvó su vida porque ninguno  le acertó en un centro vital.

Ratonera valiente. Con una gran corazón que le ha llevado a intentar recuperarse gracias a su mucho esfuerzo y a la labor de todo el personal de GREFA.

¿Quién puede descerrajar semejante perdigonada a un animal salvaje de esta manera?

Evidentemente alguien que no tiene ningún respeto a la vida, y que posee una ausencia total de educación ecológica y un desconocimiento imperdonable de la función de las rapaces en el ecosistema.

A Once le han quedado unas secuelas irreparables. Los perdigones alojados en su miembro inferior izquierdo han provocado una deformidad en varo de la extremidad y  rotación interna. Los primeros días experimentó una reacción defensiva de su organismo a dichos perdigones conocida como granuloma a cuerpo extraño.

No era viable operar puesto que la metralla había fragmentado el hueso. La inflamación provocó a su vez un éstasis vascular y una paresia de la extremidad.

El miembro superior derecho también presentaba una fractura que no pintaba  bien, pero con esa sí se atrevió el equipo de veterinarios.

Once a pesar del manejo y de las curas diarias no dejó de comer y aguantó bien el estrés.
Ratonera valiente

Cuando comenzamos la fisioterapia,  Once colaboraba tras las sesiones musculando activamente en la instalación.  La metralla limitaba mucho los tratamientos con electromedicina. Casi toda la terapia tenía que ser, por necesidad manual.

Con paciencia, ciencia y amor, mucho amor…

Así se fue resolviendo el edema y desrotando la extremidad, aunque la deformidad no era solventable por el daño articular que habían ocasionado los perdigones.

  • Once ahora es capaz de hacer prensión casi completa.
  • Extiende las  alas.
  • Vuela.

La distinguimos en la instalación en la que está con otros dos ratoneros por su vendaje, un kinesiotaping ( el mismo que se emplea en la recuperación funcional de los deportistas) que aguanta hasta que lo renovamos. Nos gusta pensar que no se lo pica ni se lo quita porque sabe que le hace bien. Que le ayuda a estar un poco más cerca de la libertad.

  • Sus compañeros también fueron disparados…
  • Ahora Once ha pasado al voladero “grande”.
  • La vemos evolucionar todos los días.
  • Si alabea, si cabecea, si hace guiñada en el vuelo.
  • Si progresa desde el suelo o corrige trayectoria certeramente ante los obstáculos.
  • No está sola. La seguimos observando.
  • Y si logra vencer, los once perdigones que lleva en su cuerpo se habrán convertido en once promesas de libertad

Susana Jato Sánchez O´Shane
Area de Fisioterapia. Departamento de Rehabilitación de GREFA

*Las opiniones expresadas en el presente escrito son responsabilidad exclusiva de la autora