En el año 2016 hemos concluido el seguimiento ambiental de aquellos oleoductos de la empresa CLH que transcurren por espacios naturales protegidos de diferentes calificaciones.
La Red de oleoductos que gestiona CLH tiene más de 4000 km, y algunos de los trazados transcurren por espacios naturales de alto valor natural y paisajístico, lo que en la terminología ambiental de la compañía se denominan HCAs ( Lugares de Alta Consecuencia). Son precisamente esos tramos sobre los que desde el año 2011 hemos realizado una auditoría ambiental para valorar el impacto que tienen sobre los ecosistemas sobre los que transcurren: la flora , la fauna, el suelo, las aguas, el paisaje, etc.
Durante éstos años hemos recorrido decenas de kilómetros aplicando una metodología de transectos lineales en los que un observador va por el eje del oleoductos y otros dos van a izquierda y derecha a una distancia de 100 metros del observador central, registrando y anotando las especies o indicios de ellas, la vegetación y las incidencias observadas, lo que nos ha permitido valorar el impacto ambiental del lugar por donde va soterrado el oleoducto y compararlos con las zonas alejadas del mismo utilizando índices de riquezas de especies o afecciones al paisaje.
El trabajo de campo se complementaba con un trabajo de gabinete en el que se presentaban inventarios de flora y fauna catalogadas en los espacios naturales, mapas y cartografía GIS de usos de suelo, vegetación, cursos de agua, etc y una valoración y conclusiones sobre el impacto detectado en los transectos recorridos.
A lo largo de éstos años de norte a sur de la geografía española ( desde Cádiz a Galicia, de Barcelona a Ciudad Real, de Madrid a la Rioja y el País Vasco) hemos testado el estado de conservación de los oleoductos y la incidencia sobre el territorio, concluyendo que salvo en algún punto concreto, el transporte de gasolina, gasoil y queroxeno desde las refinerías costeras hasta los Centros de Almacenaje a través de la red de oleoductos no tienen un apenas impacto ambiental o paisajístico si obviamos la traza de mantenimiento (de unos cuatro metros) donde van enterrados los tubos.
Por otra parte con este trabajo CLH se ha implicado en proyectos de conservación directa de determinadas especies ligadas a los espacios naturales por donde transcurren los oleoductos. De esta manera a lo largo de éstos cinco años CLH y GREFA han desarrollado proyectos de conservación como el de implementar nidales para Carraca en el Parque Regional del Sureste en la Comunidad de Madrid, el marcaje con transmisor satelital de dos pollos de buitre negro en el parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona, y la construcción de un primillar y reintroducción del cernícalo primilla en el municipio de Arganda.
También se han realizado actividades corporativas como visitas de familias de empleados de CLH al Centro Naturaleza Viva de GREFA, excursiones como la organizada al Valle de Alcudia o la fiesta del primilla en la que los niños de empleados de CLH apadrinan los pollos de primilla que son introducidos en el primillar de Arganda.