El pasado viernes 23 de agosto eclosionó el primer huevo de galápago europeo de esta temporada de cría.
Más de cuarenta huevos se incuban bajo condiciones óptimas de temperatura y humedad en nuestras instalaciones de cría del galápago europeo en GREFA, proyecto que actualmente no cuenta con ningún tipo de apoyo externo y se mantiene íntegramente por el esfuerzo de GREFA.
Tras la puesta, los huevos presentan un periodo de incubación de aproximadamente dos meses, durante los cuales la temperatura determina el sexo de los neonatos, por debajo de 28,5 °C nacerán machos y por encima, hembras. Una vez se ha completado el desarrollo, los neonatos emergen del huevo ayudándose de las patas delanteras y de un pequeño “pico” que les permite romper la cáscara. Los recién nacidos son trasladados de las incubadoras a la criadora, comenzando así su desarrollo en cautividad hasta poder ser liberados en el medio natural tras un año de proceso de re-cría o headstarting, proceso mediante el cual se garantiza un mayor tamaño y por tanto una mayor supervivencia.