Diciembre del año 2017: nos encontramos en la isla de Kaolack, en el centro de Senegal, donde al atardecer miles de cernícalos primillas acuden llevados por el ocaso del sol en oleadas para dormir en las acacias y baobabs…
Hasta allí nos llevó un cernícalo primilla llamado "Pinto" al que en el año 2016 le habíamos colocado un pequeño transmisor "data logger" para conocer sus desplazamientos a lo largo de un año completo. Hoy queremos contaros que los cernícalos primillas están comenzando a regresar a nuestras latitudes desde sus zonas de invernada, como la que mencionábamos en Senegal y tal como queda tan bien evocado en la viñeta de nuestra colaboradora Belette le Pink que encabeza esta información.
Este viajero incansable que es el cernícalo primilla cada año recorre varios miles de kilómetros para ir y otros tantos para volver de Africa. Es por estas fechas cuando regresa a sus zonas de reproducción españolas, atendiendo a los que los científicos llaman filopatría o lo que es lo mismo: volver al lugar donde se ha nacido para criar en colonias más o menos numerosas, donde permanecer hasta finales de julio, momento en el que progenitores y jóvenes emprenden de nuevo el viaje hacia el Africa subtropical.
Los recientes censos nacionales de cernícalos primillas han encendido las alarmas y vuelve la preocupación sobre el más pequeño de nuestros halcones. Tras su recuperación en la década de los ochenta y noventa del siglo pasado, presenta en la actualidad descensos de hasta el 40% de sus efectivos poblacionales en comunidades autónomas como Extremadura y Andalucía. ¿Qué esta ocurriendo?
Pueden ser muchas y variadas causas pero inevitablemente tenemos que fijarnos en las especies de aves ligadas a los medios agrarios cerealistas y nos encontramos que tanto sisones como alaúdidos, perdices, codornices o avutardas están pasando por malos momentos. Es por ello que la intensificación agraria y el uso de determinados biocidas debe ser nuestra principal preocupación.
En nuestros campos y campiñas ha llegado la primavera silenciosa: no hay saltamontes, ni grillos, ni insectos polinizadores como tampoco linderas donde muchos pequeños vertebrados encuentran alimento y refugio. A veces el silencio es tan sonoro que asusta…