El pasado de 24 de octubre ingresó en nuestro hospital un ejemplar de hembra de avutarda (Otis tarda). La joven hembra presenta malnutrición y una marcada deshidratación, además de cierto anquilosamiento en su hombro derecho y una fractura antigua en la clavícula del mismo lado.
El carácter nervioso de esta especie las hace especialmente susceptibles a los fallos cardiacos, así cómo la enfermedad denominada como “miopatía de captura” que pueden ocasionar muertes fulminantes debidos al estrés del manejo. Esto, junto al precario estado del animal hizo que el examen radiológico se retrasase esperando a la completa estabilización del animal.
Tras muchos esfuerzos se consiguió que el ave comenzara a alimentarse por sí sóla y estuviese lo suficientemente estable para poder realizar el estudio radiográfico. El diagnóstico de imagen evidenció la fractura a medio osificar de la clavícula que habíamos palpado durante la exploración que se complicaba con una fractura en el coracoides del mismo con gran separación de los fragmentos.
El pronóstico para nuestra pequeña esteparia es grave y reservado ya que aún no sabemos si las múltiples lesiones podrán permitir que vuelva a ser un ave de altos vuelos. La avutarda, una especie incluída en la lista roja del UICN (Comité Español de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), está catalogada como especie vulnerable desde 2008 debido a las rápidas reducciones que su población ha sufrido a causa a la degradación de su hábitat y a la caza a la que han sido sometidas.
De momento a nuestra joven paciente le espera una larga y poco predecible recuperación.