En este último fin de semana nuestro hospital ha vuelto a recibir animales heridos por disparo.
El primero de ellos, un ratonero (Buteo buteo), fue encontrado en un canal de riego en la zona de Aranjuez. La lluvia amenazaba con inundar el canal por lo su rescate fue hecho con urgencia. A su llegada se le realizó una exploración completa que mostró que el animal estaba desnutrido y tenía una fractura abierta en el ala. La fractura tenía algunos días de manera que el hueso había comenzaba a necrosarse. El animal era irrecuperable y nada más se podía hacer por él. En el examen oftalmológico se encontró que, además, se encontraba luxado el cristalino del ojo izquierdo, lo cual se correspondía con una imagen radiográfica que mostraba un perdigón alojado en la cuenca de este ojo.
No quedaba muy claro si el disparo había sido el causante de la fractura del ala, sin embargo, es evidente que sí había causado la ceguera del ojo, comprometiendo por tanto gravemente la vida del animal.
Un par de días más tarde, un nuevo aviso llegaba a GREFA. En esta ocasión se trataba de un milano real (Milvus milvus) procedente de Collado Mediano. El animal había sido encontrado en un pardo siendo molestado por unas cornejas.
El animal se encontraba sumamente debilitado, muy deshidratado y caquéctico. La exploración mostró una fractura abierta de cúbito con exposición de hueso que presentaba un avanzado aspecto de necrosis.
El animal había perdido mucha sangre y fue asistido con mucha urgencia para intentar estabilizarle. En este caso el aspecto de la herida, nos indujo a pensar que podía tratarse de una electrocución. La necrosis avanzada del ala y el estado del animal, hizo finalmente imposible su recuperación a pesar de los esfuerzos invertidos en el paciente.
Por segunda vez en poco tiempo, el realizar la radiografía, nos encontramos con la desagradable sorpresa de que el animal presentaba varios perdigones en su cuerpo.
Nuevamente tenemos que denunciar la actividad de desaprensivos, que no pueden llamarse cazadores, sino tan sólo pistoleros sin escrúpulos, que disparan sobre nuestra fauna protegida, incluso sobre especies como el Milano Real, que se encuentra catalogado como especie vulnerable dentro del Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Dos nuevas rapaces que han perdido sus alas, dos aves destinadas a volar, que no volverán a hacerlo por culpa de nuevo de la necedad humana.