El reciente ingreso de un pollo de cigüeña blanca severamente afectado por la ingestión masiva de gomas elásticas nos da pie a recordaros lo grave que puede llegar a ser este problema para especies como esta. Afortunadamente, una intervención quirúrgica a tiempo en el Hospital de Fauna Salvaje de GREFA nos ha permitido salvar la vida de este animal y darle la oportunidad, si todo va bien, de devolverle en breve a su hábitat natural. Y no lo olvidemos: es en nuestra basura donde estas peligrosas gomas están disponibles para las cigüeñas, por lo tanto en nuestras manos está solucionar el problema.
Una causa de ingreso muy frecuente de los ejemplares jóvenes de cigüeña blanca que por estas fechas llegan a nuestro Hospital de Fauna Salvaje es la impactación por gomas, algo de lo que ya os hemos hablado en alguna otra ocasión [https://goo.gl/LP3umh]. A menudo estas aves buscan comida en los vertederos y a veces ingieren pequeños objetos habituales en las basura. El ejemplo más típico son las gomas elásticas, que las cigüeñas adultas ven como un alimento “perfecto” para sus pollos por su semejanza a los gusanos.
Por desgracia estas gomas no se pueden digerir y se acumulan en el estómago de los pollos de cigüeña, pudiendo llegar a obstruirlo por completo (impactación), lo que da lugar a una parada de la motilidad digestiva. Si ingiere poca cantidad de gomas, el animal puede llegar a veces a vivir con ello, pero normalmente la ingesta es masiva, quedándose completamente ocluido el estómago, inhibiendo el tránsito digestivo y produciendo muchísimo dolor.
Además, los pollos empiezan a perder peso y se deshidratan rápidamente ya que empiezan a regurgitar todo lo demás que se les da de comer porque físicamente no pueden contenerlo en su estómago. Si no se actúa, terminan muriendo por deshidratación e inanición. Frecuentemente, estos animales empiezan a revolcarse por el dolor agudo que sufren y terminan cayéndose del nido por lo que, en la mayoría de las ocasiones, se ven también lesiones traumáticas (heridas, fracturas y otras) además de la afectación digestiva.
En los casos más graves tenemos incluso que recurrir a la cirugía para salvar a la vida del animal, como ha sido el caso de un pollo de cigüeña que ingresó recientemente en nuestro centro. La masa de gomas en el estómago estaba haciendo tanta presión sobre sus pulmones que tenía muchas dificultades para respirar. Bajo anestesia general, hemos tenido que abrir su cavidad celómica (equivalente al abdomen de los mamíferos) para acceder a su estómago y extraerle todas las gomas que contenía en su interior. Durante la cirugía, al vaciar el estómago y descomprimirle los pulmones, pudimos notar ya cómo respiraba mejor.
A fecha de hoy podemos confirmar que esta intervención fue todo un éxito. El pollo actualmente se encuentra en nuestras instalaciones de cuidados intensivos, la herida quirúrgica está cerrando bien y ya come por sí solo (de hecho, este campeón empezó a hacerlo el día siguiente de la cirugía). Esperemos poder liberarlo pronto en cuanto se recupere del todo y termine de crecer un poco más.