En las últimas semanas son cientos los animales, en su mayoría aves como estorninos, gorriones, mirlos, palomas torcaces y sobre todo urracas, que están ingresando en nuestro centro de recuperación de fauna salvaje. Nos llegan de manos de ciudadanos bienintencionados que nos los traen, pero lo cierto es que muchos de estos pequeños no deberían ser "arrancados" de su hábitat.
Por estas fechas, casi todos los ejemplares que ingresan en GREFA son “volantones”, es decir, pollos de diferentes especies de aves silvestres que en sus primeras salidas del nido y en sus primeros vuelos, aún inexpertos, andan correteando o revoloteando por el suelo siguiendo el aprendizaje de sus padres, que sin duda son los mejores maestros que pueden tener para poder valerse por sí mismos en un futuro.
La mayoría de las personas que nos traen este tipo de animales, lo hacen por desconocimiento, ya que al verlo tan vulnerable es normal que se sienta pena por lo que le pueda pasar. Pero insistimos en que lo mejor que podemos hacer para ayudarles es dejarles en un árbol cercano o en algún seto, tejadillo o similar, para que los padres les alimenten y, seguramente en poco tiempo, se lo lleven. Desde GREFA hacemos un llamamiento para que no cojáis a estos "volantones", ya que estamos sacándoles de su medio natural y privándoles de su libertad, y sobre todo, separándoles de sus padres después de todo el esfuerzo que ponen en hacer el nido, incubar los huevos y alimentarles continuamente durante los primeros días y semanas de vida, preparándoles para afrontar la vida en libertad.
Caso aparte es el de los pollitos o volantones de vencejo, que al caerse de los nidos que suelen estar en grietas de edificios, debajo de tejados y en sitios elevados, es difícil volver a dejarles en su sitio. Además, lo que ocurre también con esta especie es que los padres no pueden bajar a alimentarles, ya que sus patas son muy cortas porque se pasan la mayor parte de su vida volando y, una vez en el suelo, les cuesta mucho remontar el vuelo. Pero por lo que respecta al resto de las especies, hagamos una reflexión antes de coger a un animal aparentemente desamparado: ¿De verdad lo estamos salvando?
¡Por favor, no lo cojas!