Pollos volantones de gorrión común atendidos en la nursería de GREFA.Pollos volantones de gorrión común atendidos en la nursería de GREFA.Nuestros "huérfanos" aún acaparan la atención mediática y no es para menos. Durante estos meses de verano no pararon de llegar a nuestro hospital de fauna, donde intentamos atender lo mejor posible a todos estos polluelos de vencejos, gorriones y otras tantas especies de aves, además de crías de otros grupos faunísticos. En esta ocasión, ha sido el diario "El Mundo" el que se ha hecho eco del gran trabajo del personal de nuestra nursería.

Empecemos diciendo que nuestra Campaña de Huérfanos no sería posible sin la inestimable ayuda de los muchos voluntarios que deciden dedicar parte de su tiempo, de forma totalmente altruista, a echar una mano para intentar salvar a estas especies que, no olvidemos, son tan beneficiosas para todos. Muchas de ellas no son emblemáticas ni despiertan el interés de los grandes proyectos de conservación, pero tienen su lugar y función en el engranaje de nuestra biodiversidad, están protegidas por la ley en la gran mayoría de los casos e incluso, como ocurre con las aves insectívoras, son aliados nuestros al controlar a invertebrados molestos o que son plaga. Cuando menos, enriquecen nuestros pueblos y ciudades con un plus de biodiversidad que no deberíamos perder.

Una vez que ingresan en la nursería de GREFA, empieza el trabajo duro para el Equipo de Huérfanos. Y es que para alimentar cuatro o cinco veces al día a estos hambrientos polluelos se necesitan muchas manos, en concreto las de los más de cincuenta voluntarios que en esta campaña de verano han hecho posible organizar los turnos necesarios para atender a esta peculiar guardería.

El reportaje de "El Mundo",  escrito por la periodista Iris Ladari, incluye un vídeo en el que se puede ver en acción a algunos de nuestros voluntarios alimentando a los polluelos y a nuestra compañera Isabel Moreno, coordinadora de la campaña, explicando en qué consiste su trabajo. Podéis verlo en este enlace:

http://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/2017/08/18/597340b546163f97478b45e2.html