Águila de Bonelli o perdicera joven, con la antena de su emisor visible. Foto: GREFA.Águila de Bonelli o perdicera joven, con la antena de su emisor visible. Foto: GREFA.Desde 2006 la asociación naturalista GREFA ha colocado emisores a doscientas rapaces, la mayoría amenazadas, para vigilarlas vía satélite. En la actualidad noventa ejemplares, sobre todo águilas de Bonelli y buitres negros, son objeto de este tipo de seguimiento por parte de esta ONG.

10 de julio de 2015, Majadahonda (Madrid) / Noventa aves están siendo seguidas actualmente por la asociación naturalista GREFA gracias a los emisores satelitales que portan cada una de ellas. Tan solo en 2014, unos cuarenta ejemplares han sido marcados por esta ONG con estos dispositivos, mientras que otros llevan ya años trasmitiendo información sobre sus desplazamientos.

Desde 2006 GREFA ha marcado a unos doscientos animales (aunque no todos siguen emitiendo en la actualidad) con este tipo de tecnología de seguimiento a larga distancia. Aunque la mayoría pertenecen a especies de rapaces catalogadas como amenazadas, también se ha utilizado con otras aves, con mamíferos y con reptiles. “Gracias a ello podemos abordar un rastreo constante y preciso de la fauna silvestre que nos muestra cómo vive, por dónde se mueve y, lo que es más importante, qué amenazas le afectan más”, afirma Ernesto Álvarez, presidente de GREFA.

Buen ejemplo de ello es el milano real Becerril, perteneciente a una especie catalogada en España como “En peligro de extinción”. Desde el año pasado GREFA seguía la pista de este animal, nacido en la Comunidad de Madrid y dotado de un emisor, lo que permitió hallar sus restos recientes hace pocas semanas en un coto de caza de la provincia de Córdoba y confirmar que había muerto por la ingestión de un cebo envenenado colocado de manera ilegal.

La señal de estos emisores, que cuentan además con GPS para conseguir más precisión, es localizada y trasmitida vía satélite, de manera que los datos pueden consultarse en Internet o ser recibidos por correo electrónico. “En los emisores más sofisticados que ya hemos puesto a unas cuarenta aves, los llamados GPS/GSM, los datos pueden llegan directamente a un teléfono móvil”, explica Álvarez.

'Zahara' y 'Émilie', dos grandes viajeras

Últimos chequeos a un buitre negro, con un emisor satelital en el dorso, antes de su liberación. Foto: GREFAÚltimos chequeos a un buitre negro, con un emisor satelital en el dorso, antes de su liberación. Foto: GREFAMás del 80% de las aves rastreadas actualmente vía satélite por GREFA pertenecen a dos especies amenazadas en España con la categoría de “Vulnerable”: el águila de Bonelli o águila perdicera y el buitre negro. Pero también otras como el águila real (dos ejemplares), el águila imperial (tres ejemplares) y el milano real (siete ejemplares) son objeto de este seguimiento.

La vigilancia de las más de cuarenta águilas de Bonelli en toda España cuya señal es recibida actualmente por GREFA se encuadra en LIFE Bonelli. Este ambicioso proyecto, iniciado en 2013 y apoyado económicamente por la Unión Europea, aborda por primera vez de forma global la recuperación de la población española de esta rapaz, una de las más amenazadas de Europa, en territorios que históricamente ocupó.

Una de las águilas de Bonelli seguidas es Zahara, liberada en la Sierra Oeste de Madrid en 2014, tras ser criada en cautividad en Francia, y que una vez que aprendió a volar emprendió rumbo al sur y cruzó el Sahara hasta llegar a Senegal. ¡Todo un logro y una sorpresa para una especie a priori no considerada migratoria!

GREFA está también muy involucrada en el proyecto que ha conseguido crear una nueva colonia de buitre negro en los Pirineos, donde la especie se había extinguido hace más de un siglo. Émilie es uno de los treinta buitres negros reintroducidos en estas montañas que están siendo seguidos vía satélite. Tras su liberación en octubre de 2014, inició a mediados del pasado marzo un periplo que le ha llevado a recorrer toda la Península Ibérica.

En una primera etapa Émilie se movió hacia al sur, hasta alcanzar el suroeste de Badajoz y el norte de Córdoba a principios de abril. Dos meses después inició una segunda etapa en dirección norte, que le llevó a Asturias, para tomar rumbo al oeste a lo largo de la costa cantábrica hasta llegar a Galicia y alcanzar Portugal a mediados de junio. De ahí puso nuevo rumbo sur hasta llegar a la misma zona entre las provincias de Badajoz y Córdoba donde había estado previamente. Los datos más recientes enviados por el emisor de Émilie nos dicen que este ejemplar está a punto de alcanzar de nuevo su zona de origen pirenaica.

“Por ser víctimas de muchas de las amenazas actuales a la fauna silvestre, las rapaces son magníficas indicadoras de la situación de nuestras especies y sus hábitats, sobre todo si tenemos la posibilidad de recibir la ingente cantidad de información tan valiosa que permite su seguimiento satelital», indica Álvarez.

¿Qué es GREFA? Desde su creación en 1981, esta ONG ha atendido a unos 50.000 animales en su Hospital de Fauna Salvaje, radicado en Majadahonda (Madrid) y considerado el más grande y de más actividad de Europa en su especialidad. En todo ese tiempo, GREFA se ha consolidado también como referencia internacional en la atención a la fauna autóctona con más problemas de conservación, a través de un extenso catálogo de acciones, como cría en cautividad, reintroducción o reforzamiento de poblaciones silvestres, seguimiento vía satélite y vigilancia de nidos. Más en www.grefa.org