7 de octubre de 2016 / La colaboración entre ambas entidades ha permitido instalar cien nidales para rapaces depredadoras de roedores en Sauquillo de Cabezas (Segovia). Un campo de trabajo internacional con jóvenes de cinco países ha contribuido a llevar a cabo esta medida beneficiosa para el agricultor.
Con la instalación de un centenar de nidales para aves rapaces depredadoras de roedores en el término municipal de Sauquillo de Cabezas, la Diputación de Segovia y la asociación naturalista GREFA refuerzan su campaña conjunta de control biológico del topillo campesino. La colaboración entre ambas entidades se remonta a 2014, año en el que firmaron un convenio para llevar esta campaña a varios términos municipales segovianos. El proyecto cuenta con el respaldo técnico del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACYL), de la Consejería de Agricultura y Ganadería de Castilla y León.
El topillo campesino causa graves daños en los cultivos agrícolas de Castilla y León durante los años en los que esta especie de roedor experimenta explosiones demográficas. Para aliviar el problema, GREFA en colaboración con otros organismos y entidades, puso en marcha en 2009 un operativo de control biológico que se basa en el fomento de las poblaciones de la fauna silvestre que caza y se alimenta de topillos, como alternativa al uso intensivo de rodenticidas químicos.
La principal acción del proyecto es la instalación de cajas nido para que críen en ellas cernícalos vulgares y lechuzas comunes. En Sauquillo de Cabezas, los nidales se han colocado repartidos por toda la superficie arable del municipio. “Estos nidales van sobre un poste de madera de cuatro metros y medio de altura clavado al suelo, ya que las zonas agrícolas donde actuamos suelen estar desprovistas de árboles u otros elementos naturales para la nidificación de las aves”, explica Carlos Cuéllar, coordinador del proyecto de GREFA sobre control biológico del topillo campesino.
Para llevar a cabo esta medida ha sido de gran ayuda el campo de trabajo internacional convocado el pasado verano en Sauquillo de Cabezas por la Diputación de Segovia y GREFA. Participó en él un grupo de jóvenes enviado por el Servicio Civil Internacional, que procedían de cinco países: Rusia, Ucrania, Taiwán, México y España.
Han sido nueve voluntarios en total, que colaboraron construyendo y colocando nidales y recibieron una hospitalaria acogida del Ayuntamiento de Sauquillo de Cabezas y de sus vecinos. Hay que agradecer la ayuda logística y de material ofrecida por el alguacil del pueblo, así como por los representantes de las dos cooperativas agrarias: SAT Gabriel Pazos y SAT San Pedro. El Ayuntamiento de Escalona del Prado sufragó varios bonos para que los voluntarios pudiesen disfrutar gratis de la piscina de su municipio.
Aliados de los agricultores
Aldea Real y Escalona del Prado son otros dos municipios segovianos donde funciona el proyecto de control biológico del topillo. Desde hace tres años se han puesto en ambos unos 200 nidales en total. Se sabe que ya los han ocupado 26 parejas reproductoras de cernícalo vulgar y 3 parejas reproductoras de lechuza común gracias al seguimiento de campo realizado por GREFA en 2016. Los expertos calculan que una pareja de cernícalo vulgar puede llegar a capturar unos 700 topillos durante los meses que dura la temporada de cría.
“Estos datos demuestran que zonas de cultivos en Segovia ya se benefician de nuestro sistema de control biológico, que estamos convencidos va a ser de gran ayuda para los agricultores de la provincia a la hora de prevenir los daños ocasionados por el topillo”, asegura el coordinador del proyecto.