Ya se sabe que la primavera la sangre altera. Comienza el mayor período de actividad de todos los proyectos que desarrollamos en GREFA. Más concretamente, en nuestra campaña "Control biológico de plagas de topillo" es hora de empezar a revisar los cientos de nidales instalados en Castilla y León para pequeñas rapaces depredadoras de roedores desde el inicio del proyecto, allá por 2009. Cernícalos y lechuzas ya se encuentran en pleno ajetreo reproductor, sin dejar de atender ni un solo instante a sus huevos o polluelos en los nidales.
Es momento de recordar que la frenética búsqueda de alimento de ambas especies arroja cifras espectaculares. Tanto es así que una familia de cernícalo vulgar (pareja reproductora y su prole) en una caja nido consume aproximadamente durante el período reproductor (por hacernos una idea, los tres meses de primavera) un total de 700 topillos. En las mismas condiciones para la lechuza, la cifra asciende a 900 topillos. Además, cada uno de los pollos de ambas especies que salga adelante depredará aproximadamente unos 1.000 topillos al año.
Si valoramos estas cifras de forma global tenemos ante nosotros una valiosa herramienta que junto con otras buenas prácticas agroambientales puede redundar en un eficaz y sobre todo sostenible sistema preventivo contra plagas de roedores.
Hasta le fecha, hemos revisado ya esta temporada 300 nidos, entre los municipios de Osorno en Palencia, Escalona del Prado en Segovia, Villafáfila en Zamora y Villalar de los Comuneros en Valladolid. Como dato anecdótico, en uno de los municipios hemos encontrado un área de varias hectáreas en las cuales la ocupación de hasta ocho nidales de lechuza ha sido realizada por gorriones comunes y gorriones molineros. Quizás este hecho se deba a la proximidad a pilas de paja, lugares habituales en los que establecen colonias estos pequeños paseriformes.
Activada la cadena de custodia
Toda esta información es recopilada y registrada con el fin de ser transferida y contrastada con datos de abundancias de topillo campesino, obtenidos periódicamente por el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León. Desgraciadamente, no todo sale siempre como desearíamos y durante esta campaña de seguimiento hemos encontrado una hembra de cernícalo muerta en el interior de un nidal de lechuza.
Ante tal hecho, GREFA como miembro cofundador del Programa Antídoto, procedió al protocolo de actuación y seguimiento de la cadena de custodia del cadáver. Para ello, se notificó el hecho a la Guardería Forestal de la Junta de Castilla y León, quienes procedieron al levantamiento del cadáver y a la toma de datos correspondientes para su traslado a laboratorio y posterior análisis. Esperamos un final para esta historia en el que al menos la muerte natural y no el envenenamiento haya sido la causa de dicha pérdida.
¡Seguiremos informando de nuestra actividad por Castilla y León, hasta pronto!