El pasado 4 de mayo, Carlos Cuéllar, responsable de nuestro proyecto de control biológico de plagas de topillo y otros roedores, se desplazó a Bello (Teruel) para impartir una sesión formativa sobre esta iniciativa basada en la recuperación de rapaces depredadoras de micromamíferos, que estamos desarrollando por diferentes zonas de la geografía peninsular desde 2009. Nos alegró comprobar el interés del Gobierno de Aragón por el trabajo desarrollado por GREFA en esta línea.
Concretamente, las jornadas tuvieron lugar en Bello (Teruel), en plena Reserva de las Lagunas de Gallocanta. En este municipio y su entorno hubo una plaga de topillo campesino en 2014, que generó una grave alerta socieconómica. No tan preocupante fue la alarma medioambiental, pues los técnicos expertos del Gobierno de Aragón tuvieron la diligencia y coherencia de advertir a los agricultores sobre los problemas que para el medio natural conlleva el uso de un plaguicida como la bromadiolona.
En Aragón, a diferencia de otras comunidades autónomas, se consideró muy seriamente el criterio científico-técnico que cuestiona la eficacia de los rodenticidas anticoagulantes de segunda generación en cuanto a su uso como fitosanitario agrícola sobre topillos. Felicitamos y celebramos tanto la decisión del Departamento de Agricultura del Gobierno de Aragón como la respuesta unánime de rechazo a la bromadiolona por parte de los agricultores de la comarca.
Volviendo al asunto de la jornada, mencionemos que se encajaba dentro de unas sesiones formativas organizadas por el Gobierno de Aragón con fondos europeos, para dinamizar y divulgar el conocimiento sobre diferentes campos de la agricultura y acercarlo a los profesionales agrarios. Junto con otros participantes como Amparo López (Área de Sanidad Vegetal de Teruel) y Agustín Perdiguer (Área de Sanidad Vegetal de Huesca), nuestro compañero Carlos Cuéllar acercó a una veintena de asistentes nuestras experiencias y conocimientos sobre el topillo campesino y su ecología, el control biológico y los graves riesgos ambientales y dudosa eficacia de medidas como el fuego y los rodenticidas anticoagulantes.
Esperamos que nuestra visita haya calado hondo en los paisanos de Teruel y sobre todo en el Gobierno de Aragón, organismo en quien depositamos esperanzas de un futuro trabajo conjunto, dada su sensibilidad ante estos temas y su interés por nuestro proyecto de control biológico. También aprovechamos para agradecer a Amparo López, la técnico de sanidad vegetal de Teruel, por contar con GREFA para participar en estas jornadas.