Momento de la intervención de Lorena Juste, de GREFA, en las jornadas de Pola de Gordón (León). Momento de la intervención de Lorena Juste, de GREFA, en las jornadas de Pola de Gordón (León). Ganaderos, científicos, cazadores y colectivos conservacionistas nos reunimos los pasados 15 y 16 de junio para buscar respuestas ante la problemática asociada al manejo actual de la cabaña ganadera en zonas con presencia de grandes carnívoros y aves necrófagas. Estas jornadas han sido promovidas y organizadas en Pola de Gordón (León) por Ganaderos Ibéricos Unidos (GIU), un colectivo integrado por ganaderos con los que hace tiempo venimos colaborando a través de nuestro Proyecto Monachus para la recuperación del buitre negro.

El objetivo del encuentro de Pola de Gordón, donde fuimos invitados a participar, no era otro que exponer los conflictos y bondades que subyacen en la convivencia de la ganadería extensiva y la fauna silvestre, bajo la perspectiva de los diferentes sectores implicados, y apoyar las buenas prácticas como base para la coexistencia de ambas. La importancia de las medidas preventivas gravitó sobre toda la reunión y las intervenciones de quienes tomaron la palabra. Las prácticas que los ganaderos han empleado tradicionalmente para la defensa de su ganado frente a depredadores se abandonaron a partir de mediados del siglo XX. Esto ha provocado que en zonas donde depredadores como el lobo estuvo ausente y en la actualidad ha recuperado su presencia sea aún más difícil impulsar de nuevo estas prácticas como parte intrínseca del manejo del ganado.

Expertos en lobo como Juan Carlos Blanco expusieron ante los asistentes los resultados obtenidos con el empleo de medidas como el acompañamiento de mastines, la vigilancia del ganado o el uso de vallados móviles, técnicas que darían solución a buena parte de los problemas que siguen orbitando sobre el binomio ganadería-lobo. Sin embargo, parece no haber consenso a la hora de llevar a cabo estas medidas, no ya por la falta de voluntad que puedan mostrar algunos ganaderos, sino también por los problemas secundarios que conllevan algunas, como por ejemplo el empleo de mastines en zonas con afluencia turística o el transporte y colocación de vallados en zonas muy remotas y escarpadas. Javier Talegón, biólogo e impulsor de la empresa de ecoturismo Llobu, centró su intervención en exponer la relevancia económica que supone la presencia del lobo en aquellas zonas donde se fomenta el turismo para su observación y conocimiento.

Un mastín guarda un rebaño de cabras. Foto: ACMET.Un mastín guarda un rebaño de cabras. Foto: ACMET.

Compartiendo mesa con Chema Celaya, de la Asociación para la Conservación del Mastín Español Tradicional (ACMET), y Guillermo Palomero, de la Fundación Oso Pardo (FOP), quien abordó la presencia del oso en zonas ganaderas, nuestra compañera Lorena Juste, bióloga de GREFA, explicó a los asistentes las bases del Proyecto Monachus y la importancia de la participación de los ganaderos locales en el desarrollo de las actuaciones que se están desarrollado para recuperar al buitre negro en la Sierra de la Demanda.

El conflicto subyacente a las bajas atribuidas a los buitres, y cuyo origen deriva de la prohibición del abandono de ganado muerto en el campo, parece diluirse ante el restablecimiento de las prácticas tradicionales gracias a la normativas que de nuevo permiten poner los cadáveres a disposición de las poblaciones de carroñeras. En este sentido aplaudimos la reciente aprobación de dicha normativa por parte de la Comunidad de Madrid, Asturias y Cantabria.

Intervención del experto en lobo Juan Carlos Blanco. A la izquierda, Javier Talegón, de la empresa turística Llobu.Intervención del experto en lobo Juan Carlos Blanco. A la izquierda, Javier Talegón, de la empresa turística Llobu. Un ganadero local ayuda a cargar una oveja muerta para nuestro Proyecto Monanchus sobre el buitre negro en la Sierra de la Demanda.Un ganadero local ayuda a cargar una oveja muerta para nuestro Proyecto Monanchus sobre el buitre negro en la Sierra de la Demanda.

Un problema de base

Una de las conclusiones de las jornadas clamaba por la falta de determinación por parte de la administración a la hora de apoyar técnica y económicamente las medidas preventivas, así como por revisar las bases de los planes cinegéticos para el control poblacional del lobo, que hasta la fecha no solo no ha acabado con el problema, sino que ha abierto aún más la brecha entre ganaderos, cazadores y defensores del cánido. Es de extrema necesidad la puesta en marcha de planes que se ajusten a la realidad de la ganadería extensiva y la conservación de la fauna silvestre.