El pollo de águila de Bonelli ya curado de su tricomonosis, recién marcado con GPS como paso previo a su introducción en la "jaula-hacking" de la especie existente en la Comunidad de Madrid.
El pollo de águila de Bonelli ya curado de su tricomonosis, recién marcado con GPS como paso previo a su introducción en la "jaula-hacking" de la especie existente en la Comunidad de Madrid.

Una vez más, la profesionalidad de nuestros equipos de veterinarios y rehabilitadores de fauna ha hecho posible que salvásemos a una joven águila de Bonelli que había ingresado en el Hospital de Fauna Salvaje de GREFA con una infección especialmente grave por tricomonas, hasta el punto de verse comprometida su supervivencia. El ave era uno de los pollos de la especie que han nacido este año en la Comunidad de Madrid.

Desviación de la glotis, dificultad para tragar y por lo tanto para alimentarse, delgadez, disnea, placas necróticas profundas en la cavidad oral... Así fue como nos encontramos a uno de los pollos madrileños de águila de Bonelli o perdicera cuando accedimos el pasado 17 de mayo a su nido con intención de colocarle un emisor GPS. Estábamos literalmente ante una situación de vida o muerte, puesto que con esas lesiones sus posibilidades de supervivencia no iban más allá de unos pocos días. Por lo tanto, nuestra respuesta debía ser igualmente urgente y decidida si queríamos intentar salvarle la vida.

El problema que padecía nuestra joven amiga era tricomonosis, una enfermedad de origen parasitario que a las aves que la sufren les ocasiona lesiones en la cavidad oral y otras zonas del tracto digestivo, que puede llegar a producir necrosis de los tejidos blandos y hasta de los huesos, problemas respiratorios, imposibilidad para deglutir y, en los casos más graves, conducir finalmente a la muerte por inanición o por otras complicaciones asociadas. Las tricomonas están presentes en un gran número de palomas y tórtolas. Debido a que estas aves constituyen una parte importante de la base alimentaria del águila de Bonelli, no es infrecuente que el parásito se transmita a su vez a ejemplares de esta especie, afectando sobre todo a individuos jóvenes.

Fueron nuestros veterinarios quienes nada más empezar a revisar al animal dieron la voz de alarma sobre su estado y pusieron en marcha el protocolo para afrontar la gravedad del caso: el águila debía ser llevada de inmediato al Hospital de Fauna Salvaje de GREFA para una intervención quirúrgica urgente. Mientras organizábamos su traslado y se obtenían los correspondientes permisos de la Comunidad de Madrid, el personal de nuestro centro en Majadahonda (Madrid) preparaba ya el quirófano de modo que todo estuviese listo para iniciar la operación tan pronto como el paciente llegase al centro. Y así fue: nada más ingresar, directo a la mesa de operaciones, anestesia, bisturí y a confiar en la pericia, experiencia y buen hacer del equipo de cirujanos.

Extracción quirúrgica al águila de Bonelli con tricomonisis de las placas que presentaba en la cavidad oral, en la sala de operaciones del hospital de fauna de GREFA.Extracción quirúrgica al águila de Bonelli con tricomonisis de las placas que presentaba en la cavidad oral, en la sala de operaciones del hospital de fauna de GREFA.

Buenas sensaciones, pero había que esperar

A la salida de la intervención las sensaciones eran buenas, pero demasiado pronto aún para lanzar las campanas al vuelo porque habría que ver cómo evolucionaba. Luego vinieron las curas, a las que la joven águila de Bonelli iba respondiendo bien y se recuperaba a buen ritmo. Por último, tocaron sesiones de laserterapia en la boca para favorecer la cicatrización y la regeneración de tejidos. Al cabo de dos semanas de cuidados intensivos el animal había esquivado una muerte segura y estaba listo para reintegrarse a la naturaleza. Sin embargo, ese regreso ya no podría ser a su propio nido porque en esos quince días su hermano había crecido lo suficiente como para no permitir que nos acercásemos por allí sin saltar del nido para huir de nosotros.

Así que a nuestra ilustre paciente no le quedaba otra que incorporarse a la "jaula-hacking" que hemos instalado en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares para facilitar la liberación de águilas de Bonelli en la Comunidad de Madrid. Allí se reuniría junto con otros pollos de su misma edad que serán liberados en el plazo de pocas semanas.

Hay que decir que, aunque las tricomonas son un problema recurrente en bastantes de los pollos de águila de Bonelli que revisamos, a menudo las lesiones que se observan son muy leves y su detección en un estadio temprano permite controlarlo sin más que aplicar un tratamiento farmacológico. Es la primera vez a lo largo de todos estos años que nos encontramos en uno de los nidos de la Comunidad de Madrid un pollo tan grave y que haya requerido su traslado para ser operado.

Evolución favorable de las lesiones tras las curas.Evolución favorable de las lesiones tras las curas.

Casos similares en Andalucía

Sí se nos han presentado casos similares en nidos andaluces (por una simple cuestión de probabilidad, puesto que la población de águilas de Bonelli en Andalucía también es mucho más numerosa). Y ha sido gracias al seguimiento que realizamos de las parejas andaluzas y sus polladas y a haber detectado a tiempo la presencia del parásito que pudimos salvar la vida de muchas de esas valiosas águilas, lo mismo que hemos salvado ahora la de esta joven madrileña.

YA FUE NOTICIA

Suman 16 los pollos nacidos o liberados en la actual campaña madrileña de águila de Bonelli

Comienzan los chequeos de los pollos de águila de Bonelli (con rescate incluido de un ejemplar con una grave tricomoniasis)

¡Ayúdanos a generar biodiversidad!

Hazte socio
https://www.grefa.org/haztesocio.html
Apadrina un animal
https://buscopadrino.grefa.org/