En España hay tres especies de aguiluchos, pertenecientes al género Circus: C. pygargus (aguilucho cenizo), C. cyaneus (aguilucho pálido) y C. aeroginosus (aguilucho lagunero occidental). Las tres especies se encuentran protegidas en España, el aguilucho cenizo se cataloga como Vulnerable (SPEC 4 a nivel europeo), el pálido como De Interés Especial (SPEC 3) y el lagunero como Sensible a la alteración de su hábitat (Insuficientemente conocida en Europa).
Entre las amenazas que afectan a los aguiluchos destacan la pérdida de hábitat y la intensificación agrícola. Las tres especies seleccionan los campos de cultivos de secano en algunas zonas, como el centro peninsular, lo que las hace sensibles a la falta de alimento a causa del uso de insecticidas, la falta de lindes y la ausencia de cobertura vegetal después de la cosecha. Además las tres especies pueden reproducirse entre los campos de cultivo, sobre el suelo, lo que las hace vulnerables a la cosecha mecanizada del cereal y a la depredación de los nidos, sobre todo una vez que los campos han sido cosechados. En este sentido, el aguilucho lagunero occidental es el menos afectado, puesto que preferentemente selecciona vegetación natural como sustrato de nidificación, mientras que el aguilucho cenizo es el más afectado, dado que la mayoría de los nidos se encuentran en los campos de cereal (Ferrero, 1995).
Si bien no existen estudios globales sobre el impacto real de las cosechadoras en las poblaciones del aguilucho cenizo y del aguilucho pálido, es patente que existe una mortalidad de pollos asociada a dicha actividad. Ante esta situación se han venido desarrollando en este país algunas campañas de protección de ambas especies, sobre todo en zonas donde se ha detectado una mayor densidad de ejemplares. La distribución del aguilucho cenizo es
particularmente irregular, ya que es el único aguilucho colonial y eso origina que aparezca en grandes concentraciones en unas zonas, mientras que permanece ausente en otras con condiciones muy similares, en principio adecuadas para la reproducción (Arroyo, 1995).
En el presente informe se describen las actuaciones realizadas de seguimiento y conservación de los aguiluchos pálido y cenizo en el Sur de la Comunidad de Madrid, uno de los territorios en los que se ha mantenido un importante núcleo reproductor de estas especies durante los últimos años y donde GREFA lleva realizando labores similares durante la última década.
Las especies del género Circus presentes en España son el aguilucho cenizo (Circus pygargus), el aguilucho pálido (Circus cyaneus) y el aguilucho lagunero (Circus aeroginosus). Las tres especies se encuentran protegidas en toda España y presentan diversos problemas de conservación que conllevan la necesidad de asumir las medidas de protección pertinentes para asegurar el futuro de estas especies.
En este sentido, ha sido puesto de manifiesto desde hace años la importancia de la cosecha mecanizada del cereal sobre la mortalidad de los pollos de aguilucho cenizo y pálido, que son las especies que nidifican en los cultivos de cereal (trigo y cebada principalmente). Este riesgo es mínimo en el caso del aguilucho lagunero, que sólo en ocasiones utiliza estos cultivos como sustrato de nidificación.
Si bien no existen estudios globales sobre el impacto real de las cosechadoras en las poblaciones de aguilucho cenizo y de aguilucho pálido, es patente que existe una mortalidad de pollos de ambas especies debido a las actividades propias de este tipo de maquinaria. Al menos en determinados años y dependiendo de la fenología de la recolección del cereal y de la fenología de la reproducción de los aguiluchos, el porcentaje de muertes por cosechadoras y empacadoras es bastante elevado.
Ante esta situación se han venido desarrollando en este país algunas campañas de protección de los aguiluchos, muchas de ellas de continuidad limitada y sin responder a un plan de manejo de la especie, por lo que urge acometer campañas a medio y largo plazo que consoliden todos los esfuerzos por la conservación de estas singulares rapaces tan ligadas al medio agrícola.
Los datos obtenidos del seguimiento de estas especies en la Península Ibérica durante los últimos años son alarmantes, habiéndose registrado un descenso muy rápido del número de parejas reproductoras de ambas especies desde los años 90 y ha disparado las alarmas como se manifestó en el Congreso de aguiluchos ibéricos realizado el año 2015 (VER ANEXO 2: CONCLUSIONES DEL CONGRESO GIA). Motivo por el que urge la realización de un censo coordinado a nivel nacional para evaluar la situación actual de estas especies y poder tomar las medidas necesarias para evitar su desaparición a corto plazo.
Este trabajo se ha realizado por GREFA en base al contrato menor por encargo de la Consejería de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid ( VER ANEXO 1: SEGUIMIENTO, CENSO Y RESCATE DE AGUILUCHO CENIZO Y PALIDO EN LA COMUNIDAD DE NADRID. AÑO 2016).
HARRIERS CONSERVATION PROGRAM The Iberian Harriers Conservation Program is carried out in a region known as “La Sagra madrileña”, including towns as Pinto, Getafe and Valdemoro. In 2012, 31 Montagu’s Harrier (Circus pygargus) nest, one Hen Harrier (Cyrcus cyaneus) nest and a couple of Western Marsh-Harrier (Cyrcus aeruginosus) were found in this area. The main objective of this campaign is to avoid the death of tens of chicks caused by combine harvesters during the harvesting period in an area with one of the highest concentrations in Spain of reproductive couples of Montagu’s Harriers which has dramatically declined over the last decade.
En la Comarca de la Sagra Madrileña, en los municipios de Torrejón de Velasco, Parla y Pinto se concentra una de las poblaciones de parejas reproductoras de aguilucho cenizo cuyas densidades son de las más altas de España. Esta especie, junto con el aguilucho pálido, se han adaptado a vivir ligados a los amplios espacios abiertos que son las estepas cerealístas. Estos paisajes culturales (que en españa ocupan casi diez millones de hectáreas) carecen de árboles por lo que los aguiluchos se reproducen, como otras muchas especies esteparias, en el suelo entre la cobertura que les proporciona el cereal.
Esta adaptación tiene como consecuencia que muchos nidos con sus pollos sean arrasados al paso de las cosechadoras ya que cuando se cosecha, en muchos casos los pollos no están suficientemente desarrollados para volar. Por ello desde hace quince años GREFA desarrolla una campaña que pretende evitar la muerte de decenas de pollos en una estrecha relación con los agricultores y cosecheros con los que coordinamos las acciones de dejar rodales, trasladar los pollos a lindes o retirar los pollos cuando éstos tienen menos de diez días.
En 2012 han sido localizados un total de 31 nidos de aguilucho cenizo (Circus pygargus) y 1 de aguilucho pálido (Circus cyaneus), además de una pareja de aguilucho lagunero (Circus aeruginosus) que tuvo que ser manejada.
Del total de nidos de las tres especies de aguiluchos localizados (33) se han manejado 21 (20 de a. cenizo y 1 de a. lagunero). En 9 nidos se dejó un rodal en el momento de la cosecha para que los pollos pudieran terminar su desarrollo en el nido. Durante la cosecha del cereal se tuvieron que retirar un total de 23 pollos de aguilucho cenizo (C. pygargus) y 4 de aguilucho lagunero (C. aeruginosus). Este año, y ante la imposibilidad de disponer de anillas suficientes para marcar todos los pollos posibles, como se hacía hasta ahora, únicamente se anillaron los pollos liberados mediante hacking. Por lo tanto, no se anilló ningún pollo en el nido.
Este año 2012, hemos tenido que retirar, para posteriormente ser liberados en el hacking, 18 pollos para evitar que murieran durante la cosecha mecanizada del cereal. El sistema de liberación mediante hacking permite a los pollos de aguilucho, que todavía no son capaces de volar, terminar de crecer en un ambiente natural, sin presencia humana, pero protegidos de posibles perturbaciones.
GREFA ha diseñado un método de hacking que consiste en la construcción con pacas de paja de un cercado rectangular de unas dimensiones de 5 metros de largo por 3 de ancho y 2,5 de altura (ver secuencia de construcción del hacking). En el interior se colocan los pollos con una edad de 18 a 25 días. A lo largo de un periodo de 10 días los pollos se desarrollan en su interior y cuando alcanzan la capacidad de vuelo pueden salir, habiendo adquirido durante ese tiempo una impronta al lugar lo que les permite seguir volviendo al hacking a alimentarse y permanecer en la zona durante un periodo que varía entre los 10 y los 30 días hasta que inician la dispersión. Este hacking se ha construido en el municipio de Pinto, en una finca particular, localizado en una siembra de cereal, y todos los pollos liberados llegaron a volar.
EQUIPO DE TRABAJO
Manuel Galán, Ignacio Otero, Fernando Garcés, Miguel Carrero ,Fernando Cobo ,Juan Manuel Bravo y Juan Martínez
VOLUNTARIOS
Jorge Díaz Clivia. Miguel Albertina Martínez, Diego Bautista, Daniel Ezquerro, Alba Martínez, Alberto Foruny, Olalla Blázquez, Clara Vidal, Amaia Gundín, Diego García, Enrique Martínez y David Gutiérrez
ENTIDADES COLABORADORAS
Como todos los años la cosecha mecanizada del cereal conlleva unas consecuencias que afecta a la fauna ligada a las zonas cerealistas que utilizan la cobertura que les proporciona el cereal para hacer sus nidos en el suelo. Perdices, avutardas, sisones y aguiluchos son algunas de las especies que año tras año se ven afectadas por la recolección mecanizada del cereal.
Continuando con el trabajo realizado en los últimos años, GREFA a llevado a cabo la Campaña de Conservación de los Aguiluchos Ibéricos en el sur de la Comunidad de Madrid.