Desde GREFA trabajamos y apostamos por la recuperación de las especies amenazadas y extinguidas de España como vía para recuperar la biodiversidad perdida en nuestro país. En concreto, la puesta en marcha del Proyecto Pigargo (proyecto de reintroducción experimental del pigargo europeo en el litoral cantábrico) responde a la incorporación del pigargo europeo (Haliaeetus albicilla) en el “Listado de especies extinguidas en todo el medio natural español”, publicado en el BOE número 195, de 13 de agosto de 2018. Atendiendo a la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, a través del artículo 55, se establece que las administraciones públicas promoverán la reintroducción de las especies de flora y fauna autóctonas extinguidas.
El Proyecto Pigargo es una iniciativa del Grupo para la Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA), una ONG creada en 1981 y formada por un amplio elenco de Naturalistas, biólogos, ambientalistas, veterinarios y otros profesionales dedicados desde hace cuatro décadas a la rehabilitación de animales salvajes autóctonos y a la recuperación de especies amenazadas, con especial dedicación a las reintroducciones y reforzamientos poblacionales de grandes rapaces y otras aves. El Proyecto Pigargo está impulsado y cofinanciado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) y cuenta con el apoyo del Gobierno del Principado de Asturias, el Ayuntamiento de Ribadedeva (Asturias), el Gobierno de Cantabria, Norwegian Environment Agency, Norwegian Institute for Nature Research (NINA), Rewilding Europe, muchos científicos y expertos en recuperación de fauna, así como la colaboración de la compañía EDP en la corrección de tendidos eléctricos peligrosos para las aves.
Puesto que el pigargo europeo es una especie nunca antes reintroducida en España, el proyecto consta de una primera fase de dos años que nos ha servido para evaluar la adaptación de la especie a su nuevo hábitat y sus interacciones con otras especies y la comunidad local. Así lo prevé el artículo 55.5 de ley 42/2007: “Se podrá contemplar la realización de reintroducciones experimentales de especies silvestres autóctonas extinguidas, para comprobar que dicha especie reintroducida se integra en el ecosistema y queda demostrada su compatibilidad con las especies silvestres presentes y las actividades humanas existentes en la zona”.
Tras la fase experimental, y a petición del Ministerio y las Comunidades Autónomas, GREFA ha emitido un documento técnico detallado con los resultados obtenidos, los cuales deberán ser valorados de cara a la aprobación del proyecto de reintroducción definitivo. En particular, será objetivo principal de esta evaluación la relación con otras especies silvestres de los hábitats frecuentados por los pigargos, especialmente aquellas en un estado desfavorable de conservación. Igualmente, se valorará la interacción con los aprovechamientos agrarios y pesqueros de las zonas frecuentadas, a través del análisis de la dieta de los individuos liberados, para conocer si presenta afección sobre los usos socioeconómicos. La fase experimental también nos permitirá valorar las dinámicas positivas generadas en el medio natural y en el territorio.
Como no podía ser de otra manera, el Proyecto Pigargo se ha ceñido escrupulosamente a las condiciones y trámites exigidos por la normativa referida a reintroducciones experimentales de especies silvestres autóctonas extinguidas, incluyendo la presentación y elaboración de un plan de viabilidad con la garantía científica y técnica de GREFA, una de las entidades con más experiencia de toda Europa y reconocimiento internacional en la recuperación de fauna salvaje. Tal y como la legislación exige, en el caso de que la valoración global de la fase experimental resultara positiva, el siguiente paso será la presentación de un proyecto de reintroducción propiamente dicho, que se someterá a consulta pública, inicialmente, y a una evaluación oficial en el seno de los órganos colegiados de las administraciones competentes, quienes habrán de aprobar en su caso dicho proyecto.
El objetivo es liberar unos 100 pigargos desde 2021 hasta 2026-2027 con el fin de establecer una futura población reproductora de la especie en España. El pigargo adquiere su madurez sexual a partir del 5º año calendario. Datos globales indican que la supervivencia de los juveniles hasta el 3º año calendario es del 39,5%. En Escocia alrededor del 37% de los juveniles liberados han alcanzado la edad de reproducción. Si nos guiamos por los resultados obtenidos en el proyecto de reintroducción de la especie en Irlanda, donde la supervivencia de las aves liberadas es del 75% el primer año y del 90% a partir del segundo año, estimamos que aproximadamente el 50% sobrevivirá hasta la edad adulta. En 2031, diez años después de la primera liberación, cuando todos los pigargos liberados sean adultos, podríamos alcanzar las 10 parejas y una población de unas 50 aves, a la que podrían sumarse unos 12 pollos nacidos en libertad. Si tenemos en cuenta los datos de supervivencia juvenil en otros países, es probable que estas cifras sean inferiores, lo que llevaría a continuar las liberaciones unos años más.
El pigargo europeo, el águila más grande de Europa, es una especie importante para los ecosistemas en las áreas donde habita. Como depredador ampliamente generalista y carroñero, que se alimenta en función de la abundancia espaciotemporal, y selecciona preferentemente individuos enfermos o heridos, y cadáveres de animales, tiene un papel clave como especie sanitaria y bioindicadora de los humedales y en el control de las especies más abundantes. Al ser un animal carismático que comparte gran parte de las amenazas de la fauna que habita en las zonas húmedas, puede ser utilizada como especie paraguas en las medidas de control de las amenazas que se desarrollarán durante el proyecto, así como para incentivar la conservación de estos hábitats y las especies que en ellos habitan. Esperamos que la reintroducción del pigargo sea muy favorecedora tanto de la recuperación de valores faunísticos como del aumento de la percepción positiva que tiene la naturaleza en la sociedad, así como recurso turístico y económico de gran valor añadido en las zonas rurales. Esto es importante igualmente en el contexto de las prioridades establecidas a nivel de la Unión Europea para 2030, en las que la restauración de la biodiversidad constituye un objetivo primordial.
Sin duda. La incorporación del pigargo europeo al "Listado de especies extinguidas en todo el medio natural español" se justificó en su momento por parte del MITECO, previo dictamen positivo de un comité científico asesor, en base a la abundante documentación científica sobre restos fósiles y más modernos, así como numerosas citas bibliográficas sobre ejemplares cazados u observados en los siglos XIX y XX. Hay referencias escritas sobre la presencia histórica del pigargo en España que han sido puestas en duda por algunos trabajos, pero en todo caso no se trata de estudios científicos concluyentes.
En cualquier caso, lo que es irrefutable es que se trata no solo de una especie extinguida, sino que fue también abundante y de amplia distribución en España, tal y como demuestra el amplio registro fósil documentado, incluso en restos datados en la Edad de Hierro, cuando la fauna era la misma que la actual. Estos registros fósiles procedentes de distintas áreas de la Península Ibérica, presentados en varias publicaciones en revistas científicas con revisión por pares y en textos compilatorios, fueron definitivos para que el comité científico asesor del MITECO emitiese su dictamen positivo a la hora de incluir al pigargo en el "Listado de especies extinguidas en todo el medio natural español". La Ley 42/2007 es clara al respecto: “Las Administraciones públicas promoverán la reintroducción de las especies de la fauna y flora silvestres autóctonas extinguidas, incluyendo aquellas desaparecidas de todo el medio natural español en tiempos históricos, sobre las que existan referencias escritas fidedignas". Es decir, la inclusión por parte del legislador de los datos históricos como criterio de valoración no excluye otras referencias fidedignas como las referidas al registro fósil.
En cuanto a los eventos de reproducción de la especie en España, aunque no existiesen referencias indiscutibles de ello (como tampoco las hay de otras especies presentes en la actualidad ni desaparecidas hace varios siglos, puesto que los nidos difícilmente perduran en el tiempo para testimoniarlos con total certidumbre en la actualidad), es importante señalar, como principio científico general, que la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia. Lo más lógico es pensar que una especie extinguida y común en el pasado en España (tal y como demuestra las numerosas referencias históricas y el amplio registro fósil documentado), que presenta además una amplia distribución histórica por el Atlántico europeo e incluso el Mediterráneo, sí se reprodujera en nuestro país. En todo caso, dicha ausencia de registros explícitos de nidificación en España no contrariaría los criterios para la inclusión de la especie en el citado listado de especies extinguidas.
Durante los años anteriores a la puesta en marcha del proyecto se han realizado numerosos recorridos por Galicia, Asturias y Cantabria para estudiar la calidad y potencialidad del hábitat de nidificación y cantidad de alimento disponible para el pigargo europeo, lo que dio lugar a la redacción y presentación de un estudio de viabilidad para la reintroducción experimental de la especie. Las rías, estuarios y zonas costeras cantábricas, así como embalses de interior, albergan buenas poblaciones de peces y aves, y una abundante fuente de carroñas, como dieta principal para el pigargo europeo.
Noruega es el país donante de pollos de pigargo destinados a la recuperación de la especie en países donde se extinguió desde que Escocia comenzara a desarrollar el primer proyecto de reintroducción en los años setenta. Norwegian Environment Agency es la entidad encargada del seguimiento de las parejas reproductoras en Noruega. Un equipo técnico monitoriza los nidos con el objetivo de seleccionar aquellos que tienen dos o más pollos. De ellos se extraerá un solo pollo, por lo que la intervención no supone el fracaso reproductor de la pareja y maximiza las posibilidades de supervivencia del pollo que queda en el nido. En Noruega se les realiza un primer control veterinario, por lo que los pollos llegan a España con todas las garantías sanitarias. Una vez en España, los pollos de pigargo se trasladan al centro de recuperación de fauna salvaje de GREFA, en Majadahonda (Madrid), donde son revisados por el equipo veterinario de esta entidad realizando un segundo control sanitario, son marcados con GPS y anillas, y trasladados al día siguiente a Asturias.
Como la mayoría de las rapaces, el pigargo europeo es una especie de marcado carácter filopátrico (tendencia a retornar al territorio natal), por lo que las parejas suelen asentarse cerca de los territorios donde nacieron. El pigargo europeo adquiere su madurez sexual a partir de los cinco años y el éxito reproductor no es elevado, por lo que la recolonización de nuevos territorios a miles de kilómetros de donde se encuentran las mejores poblaciones nativas sería un proceso extremadamente lento, siendo esto solo posible debido principalmente a un aumento del tamaño poblacional. Es un proceso que podría tardar muchas décadas o, más probablemente, no producirse nunca.
También hay que tener en cuenta que un proyecto de reintroducción no solo acelera este proceso sino que lo enriquece, ya que además de la liberación de ejemplares, este tipo de iniciativas integran una batería de acciones dirigidas a la conservación de los hábitats y control de las amenazas, así como a la sensibilización y participación de las comunidades locales. Esto se traduce en un beneficio directo para las especies que compartirán su hábitat con la especie objeto del programa de reintroducción, en este caso, el pigargo europeo.
De ningún modo. Se estima que la fase experimental del Proyecto Pigargo costará aproximadamente 340.000 euros. La financiación para los dos primeros años procede principalmente del MITECO y se buscarán fondos adicionales de diversas fuentes privadas. La fuente de financiación para el proyecto no entra en conflicto con otros proyectos existentes o previstos, ya que se trata de una partida destinada al objetivo de recuperación de la biodiversidad perdida (especies extinguidas) que viene marcado por el “Listado de especies extinguidas en todo el medio natural español”. Esta inversión no tiene por qué detraer fondos de otras prioridades de conservación ni restar recursos a especies amenazadas, como corresponde a cualquier política o estrategia en la que se promueven simultáneamente un amplio abanico de acciones con diferentes criterios de importancia y urgencia, y de hecho, el propio MITERD destina fondos para la conservación de otras especies en peligro como el urogallo.
No está de más recordar que la apuesta de GREFA por el pigargo en España se lleva a cabo al mismo tiempo y sin restar recursos ni oportunidades a la amplia nómina de especies catalogadas como amenazadas a escala estatal o local para cuya recuperación a gran escala trabaja esta ONG intensamente desde hace décadas, como el buitre negro, el águila imperial, el águila de Bonelli o perdicera, el milano real, el cernícalo primilla, la lechuza común y el galápago europeo, entre otras.
El pigargo es una especie insignia para la conservación de humedales, estuarios y costas. Su recuperación en la cornisa cantábrica elevará el perfil de la conservación entre el público en general y ayudará a resaltar importantes problemas que afectan a los hábitats que frecuenta y las especies que en ellos habitan. Beneficiará a una variedad de otras especies, incluidas las catalogadas como amenazadas, tanto directa como indirectamente. Así ha empezado a ocurrir con la corrección de tendidos eléctricos peligrosos para las aves en el entorno de la zona de liberación de los pigargos. Esta acción costeada por las propias compañías eléctricas ha sido puesta en marcha gracias a la solicitud y el asesoramiento del Proyecto Pigargo, de manera que poco tiempo después de la primera liberación de ejemplares las medidas anti-electrocución y anti-colisión de aves ya realizadas, que irán a más próximamente, han amortizado un porcentaje significativo de la inversión destinada a la fase experimental del proyecto.
Todos los pigargos que se liberan son equipados con emisor GPS y anillas de lectura a distancia antes de su liberación. Esta tecnología permite monitorizar sus movimientos 24 horas al día. Además, un equipo técnico presente en el área de reintroducción durante todo el año se encarga de controlar a los individuos sobre el terreno desplazándose hacia las áreas frecuentadas por los pigargos. La información aportada por el emisor y los técnicos de campo nos está permitiendo saber si los individuos se están adaptando correctamente a su nuevo hábitat, nos ayudará a reconocer patrones dispersivos y comportamentales individuales, identificar las zonas de alimentación, nidificación y reposo, las amenazas potenciales presentes en el entorno y otros aspectos.
El Proyecto Pigargo gestionará puntos de alimentación específicos para la especie, donde se realizan aportes de alimento, principalmente pescado, aunque también carne. Además, se construirán nidos artificiales que actuarán como reclamo y en un futuro facilitarán las primeras reproducciones. Cada año, tras el ingreso del nuevo grupo de pigargos en la instalación de aclimatación previa a la liberación, estos mismos ejemplares actuarán como un fuerte reclamo para los ya liberados presentes en la zona. Paralelamente, las medidas de atenuación de las amenazas, como la corrección de tendidos eléctricos, facilitarán la supervivencia y por lo tanto el asentamiento de las aves.
Tal y como nos están demostrando los ejemplares ya liberados en la fase experimental del Proyecto Pigargo, los jóvenes pigargos realizan amplios movimientos dispersivos antes de asentarse en sus territorios de cría para reproducirse, lo cual se produce a partir del 5º año calendario. Los datos obtenidos en otros proyectos de reintroducción indican que los juveniles llegan a alejarse miles de km. de distancia en sus primeros dos años, antes de regresar para reproducirse más cerca de su sitio natal, y que cuando lo hacen, las hembras se asientan en un rango de 47-58 km. del punto de liberación, y los machos a 21-45 km. Sin embargo, creemos que en España los pigargos liberados pueden llegar a alejarse mucho más del punto de liberación e iniciar grandes viajes dispersivos, ya que es previsible que recorran la costa pudiendo llegar incluso a Francia o Portugal, como ha ocurrido con uno de los pigargos que hemos liberado. Tampoco descartamos que puedan verse “arrastrados” por el gran flujo migratorio de aves hacia el sur, ya que serán liberados en septiembre. Una vez que comienzan a reproducirse, los adultos tienen un área de distribución mucho más pequeña y es probable que permanezcan durante todo el año cerca del punto de liberación o del área donde decidan nidificar.
Existe variedad de sustratos de nidificación potencialmente seleccionados por el pigargo europeo. El principal son los árboles maduros, pero también puede criar en acantilados e incluso en el suelo. Esta especie es un depredador ampliamente generalista, carroñero y cleptoparásito, que adapta su dieta en función de la abundancia espaciotemporal de presas. Se alimenta de peces, aves y carroña, principalmente, y en menor medida de mamíferos de tamaño pequeño a mediano (<7%). Los porcentajes en la dieta varían ampliamente en función de las zonas. La carroña puede llegar a suponer hasta el 30% de su dieta, según estudios realizados en Alemania y Finlandia. Presenta hábitos cleptoparásitos. Tiende a alimentarse de cualquier presa que sea más abundante estacionalmente. Por ejemplo, en Escocia los peces son particularmente importantes en primavera y verano, mientras que en otoño e invierno se alimenta principalmente de aves acuáticas. Normalmente trata de capturar aves que se encuentran exhaustas, heridas o enfermas y carroñea tanto mamíferos como peces en las orillas, donde podrá verse en busca de peces o limícolas muertos.
Debemos desmentir tajantemente la acusación formulada desde sectores críticos al Proyecto Pigargo de que la especie pueda ser una amenaza para el ganado, y más en concreto sobre corderos sanos, y hacemos un llamamiento a la responsabilidad a la hora de manejar ese tipo de argumentos, que tanto influyen en la aceptación social de otras especies emblemáticas como osos, lobos o buitres. Por nuestra parte hemos analizado las investigaciones científicas en los países donde se distribuye la población europea de pigargo y hemos recogido la experiencia de los colectivos que se encuentran en estrecho contacto con la especie. En Noruega, con miles de parejas que se reproducen y alimentan en el mismo lugar donde pastan las ovejas, el pigargo europeo fue retirado hace décadas del listado de especies potencialmente dañinas para el ganado, ya que no genera daños a la ganadería y los ganaderos no muestran rechazo hacia la especie. Lo mismo ocurre en los más de treinta países por los que se distribuye la especie, incluyendo Irlanda, que ya tiene diez parejas gracias al programa de reintroducción iniciado en 2009. Pese a las preocupaciones iniciales, en Irlanda no ha habido un solo caso de ataque al ganado y la mayoría de los ganaderos se mantiene con una postura neutral o apoya el proyecto (incluso vigilando ellos mismos algunas de los nidos de las parejas de pigargo formadas).
Las suspicacias que se han levantado se refieren a un caso específico, Escocia, donde el pigargo europeo fue reintroducido hace décadas. A pesar de un plan de gestión fruto del acuerdo entre Scottish Natural Heritage (administración pública) y National Farmers Union of Scotland (sindicato ganadero), no ha podido determinarse qué porcentaje del cordero consumido por los pigargos ha sido depredado, estaba ya muerto (la carroña supone un 30% de la dieta de la especie o incluso más según la zona), ha sido "robado" por estas rapaces tras su depredación por otras especies (el pigargo es cleptoparásito y gasta la mínima energía en cazar o pescar) o son falsos daños. Lo que sí se sabe es que muchos corderos analizados estaban muertos antes de ser consumidos por los pigargos o presentaban gran carga parasitaria asociada a un estado físico debilitado. Se ha constatado que esto se debe en gran parte a la climatología y, de hecho, el mayor número de bajas notificadas coincidió con dos años en los que un largo temporal hizo estragos en la ganadería extensiva. En definitiva, los ganaderos escoceses no parecen mostrar una opinión uniforme, ya que en la mayoría de las regiones no existe conflicto alguno. Sin embargo, ha sido sobrevalorado y alentado por determinados grupos o colectivos con el objetivo de generar polémica y dañar la imagen del pigargo con fines mediáticos y sensacionalistas.
Por parte del Proyecto Pigargo, estamos trabajando intensamente en generar un vínculo estrecho y construir un tejido de comunicación con los sectores locales con la finalidad de desarrollar el proyecto con las mayores garantías de éxito.
De ningún modo. Aves cinegéticas como perdices, codornices, palomas, zorzales o becadas no son presas del tamaño potencialmente seleccionado por el pigargo europeo y normalmente no se encuentran en las zonas frecuentadas por esta rapaz. En el caso de los ánsares y patos, el pigargo sí podría cazarlos, si bien al tratarse de un depredador generalista que captura principalmente aves débiles, enfermas o moribundas su incidencia sobre la población será nula. El pigargo europeo pesca sobre todo en costas, rías y estuarios, así como en masas de agua de interior, pero no en alta mar ni en las cabeceras de los ríos, por lo que no supone una amenaza para especies de interés pescadas comercialmente lejos del litoral. Y por supuesto que no existe ningún caso de daños hacia animales de compañía o personas.
No se han demostrado efectos negativos significativos y cuantificables del pigargo sobre especie alguna y mucho menos hay evidencias científicas de impactos relevantes sobre la fauna amenazada. La dieta del pigargo europeo, compuesta por más de trescientas especies diferentes, ha sido y sigue siendo objeto de numerosos estudios desde hace décadas y está ampliamente documentada en toda Europa. Por ello se sabe que estamos ante un depredador generalista, que selecciona las presas más abundantes espaciotemporalmente, y un carroñero cuya dieta necrófaga en sus primeros años de vida es prioritaria, y sigue siendo importante en su etapa adulta. También es importante tener en cuenta que el pigargo tiende a depredar aves acuáticas heridas, enfermas o moribundas. Es precisamente su comportamiento trófico el que determina que el pigargo no suponga un factor de declive poblacional para ninguna de las especies que entran en el espectro de su dieta.
En muchas zonas de Europa el pigargo coexiste con el águila pescadora, el cormorán moñudo y una amplia gama de otras especies, compartiendo hábitat de alimentación y de nidificación. El pigargo no compite con el águila pescadora por el sustrato de nidificación, pues es diferente. Nunca se han observado efectos negativos sobre esta especie, más allá de robo de comida que pueda ocasionar los pigargos de vez en cuando. En un estudio realizado durante 26 años (1964-1990) en países donde la población de cormorán moñudo es abundante, esta especie (y también el cormorán grande) aparece en la dieta del pigargo en un porcentaje del 5'7% en Noruega, 0'1% en Alemania y no cuantificable en otros países como Suecia o Finlandia. De este porcentaje cabe esperar que la presa presente en la dieta sea la especie más abundante, es decir, el cormorán grande, por lo que, aun pudiendo depredar sobre el cormorán moñudo, no existen evidencias científicas de que las posibles bajas puedan causar perjuicios para la población nidificante en el litoral cantábrico. En Países Bajos, las aves coloniales, como los charranes, y las aves zancudas, vuelan y acosan a los pigargos antes de que lleguen a las colonias de reproducción, de manera que estas rapaces prefieren evitar dichas áreas.
Por otro lado, el pigargo es una especie que adopta la estrategia de permanecer posado durante largos periodos de tiempo, de manera que realiza vuelos cortos durante el día, minimizando la perturbación que su presencia pudiera ocasionar a otras aves. A todo ello se suma el comportamiento ampliamente dispersivo de la especie y el bajo número de ejemplares presentes en España hasta que se logre consolidar una pequeña población. Durante los 3-4 primeros años de vida los pigargos realizarán recorridos de amplio espectro, sin asentarse en zonas específicas, por lo que no depredarán sobre poblaciones concretas de presas. En todo su rango de distribución, los pigargos seleccionan zonas de descanso que comparten con otras aves marinas.
Sí, siempre y cuando encuentre buenas zonas de alimentación y bajas perturbaciones en las zonas de nidificación. De hecho, en algunos sitios de Escocia como las islas de Mull o Skye, algunos nidos se encuentran cerca de carreteras, edificios, fincas de laboreo o campos de golf. Tampoco es difícil verlos en sus posaderos habituales esperando a los barcos de turistas que les aportan pescado. En Noruega, las distancias entre los sitios de nidificación y la actividad humana de gran intensidad pueden llegar a ser tan pequeñas como 500 metros. Este comportamiento es similar en Alemania y Polonia.
Si, previo contacto con el equipo del proyecto a través del correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..
El éxito en la fijación de los pigargos una vez liberados depende de que generen un vínculo hacia la instalación ubicada en Pimiango (Ribadedeva, Asturias) desde la que están siendo liberados y esto solo se consigue si permanecen en condiciones de plena tranquilidad y ausencia total de molestias. Ni siquiera los técnicos encargados de sus cuidados entran en contacto con las aves. El control se realiza a través de cristales espía y cámaras y se les aporta alimento por medio de tubos. El llenado y vaciado de las bañeras también se realiza desde la parte trasera sin contacto visual.
Por tanto, la visita a las instalaciones se realiza de forma controlada, en silencio y con un pequeño número de personas.
Sí. Existen varios puntos de observación donde con toda probabilidad pueden ser observados los pigargos liberados sin generar molestias. Animamos a quienes estén interesados a que contacten con el Proyecto Pigargo para que los técnicos puedan darles indicaciones para llegar a estos puntos de observación.
Correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
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Con este documento de preguntas y respuestas, desde el Proyecto Pigargo queremos aclarar las dudas e interrogantes surgidos en torno a esta iniciativa o que puedan plantearse en el futuro. La información que contiene se irá ampliando o mejorando en función de los datos e ideas que la propia dinámica del proyecto vaya generando.
Seis de los siete pigargos europeos liberados en Pimiango (Asturias) continúan en el punto de liberación o han vuelto a él. Mientras, la hembra "Sella" protagoniza una gran dispersión que la llevó hasta Portugal. Ha pasado algo más de un mes desde que los pigargos vuelan libres y ya estamos obteniendo información de gran interés sobre los patrones de movimiento de la especie y su comportamiento.
Como ya sabéis, en el marco de acción experimental destinada para sentar las bases de un futuro proyecto de reintroducción, siete pigargos europeos fueron liberados el pasado 4 de octubre en el Oriente de Asturias. En el vídeo que hoy presentamos os ofrecemos algunos resultados del seguimiento que desde el Proyecto Pigargo de GREFA se hace los ejemplares liberados, además de información sobre los primeros pasos de la iniciativa.
Hoy os contamos una de esas noticias que compensan todos los esfuerzos y sinsabores: 34 apoyos peligrosos para las aves han sido corregidos en dos tramos de tendidos eléctricos en Pimiango (concejo de Ribadedeva, Asturias) y Pechón (municipio de Val de San Vicente, Cantabria). El Proyecto Pigargo comienza así a generar dinámicas positivas para la conservación de muchas especies y la mejora de sus condiciones de hábitat.